21/4/07

Échale Ganas.!!



!!


Pocas veces me había detenido a estudiar algo más de la vida de Jonatán. Generalmente le

conocemos por haber sido el gran “cuate” (amigo del alma) de David a pesar de que su padre, el rey Saúl, no lo tragaba.

¿Te has sentido abrumado? Digamos que las cosas no salen como esperabas, los problemas brotan “como champiñones”, te sientes rodeado y atrapado por ellos. Por más que tratas, no ves salida a esta situación, te sientes cansado y se te agotaron todos los recursos que tenías a mano… ¡No eres el único!

En 1ª de Samuel 13 y 14 tenemos a nuestro amigo Jonatán, (un príncipe), quien pasó por momentos realmente difíciles. El no estaba en el palacio de su papi viendo la televisión comiendo papitas fritas... Estaba en el campo de batalla, enfrentando a los filisteos quienes se multiplicaban como la arena y amenazaban con matarlos.

La cosa se estaba poniendo color de hormiga, el panorama no se veía nada claro y el ejército de su padre estaba muerto de miedo, sin armas, con hambre y no encontraron nada mejor que correr a esconderse en el primer lugar que encontraron.

Frente a tal caos, el rey Saúl pidió ayuda a Dios, pero como la respuesta no llegó lo rápido que el

quería, no soportó más la presión y decidió “adelantarse” un poquito, haciendo las cosas a su

manera. ¡¡Mala idea!! eso le costó su reinado y que Dios pusiera Sus ojos en un hombre que tuviera un corazón obediente.

Por lo general nosotros somos así, me refiero a lo impacientes. En el momento en que

(aparentemente), todo se ve en contra nuestra, nos ataca la amnesia y olvidamos a Dios. Quitamos nuestra fe y nuestra mirada de él y la colocamos en nosotros, en nuestras capacidades, comenzamos a usar nuestros pobres y limitados “recursos”.

Gracias a Dios por Jonatán, porque el nos da un ejemplo digno de seguir. Pese a que todas las

circunstancias estaban en su contra, Él no se olvidó de quién era el Dios en el cual había puesto su fe y su confianza.

Jonatán decidió dar la pelea, junto a su escudero. No hizo caso a su cansancio, ni a todos los

problemas que le rodeaban. Hizo todo a un lado y se aventuró a conquistar aquello que Dios le tenía reservado.

No fue nada fácil, para llegar al lugar donde se encontraban sus enemigos tuvo que ir por una ruta

muy peligrosa. No había transporte, ni carreteras pavimentadas como las que conocemos hoy.

Tampoco llegó a la punta de aquel cerro en un cómodo elevador, ¡no! El tuvo que ir por un camino

muy angosto, rodeado por dos riscos. Me lo imagino trepando sudoroso, con sus manos agrietadas,afirmándose como podía, subiendo por aquel peligroso murallón de piedra y diciéndole a su escudero:

- “No te me canses amigo, ¡¡échale ganas!! ya casi llegamos a donde están esos incrédulos. Ya verás como Dios nos hace el milagro “pues para Él no hay diferencia si los enemigos son muchos o pocos”. (14:6).

Tan seguro estaba Jonatán del poder de Dios que le aseguró a su escudero que la victoria era de

ellos. El resultado fue increíble, Dios movió las circunstancias de tal forma que tan solo dos

“soldaditos” derrotaron a todo un ejército.

Serán muchas las oportunidades en las cuales nos sentiremos “rodeados por el enemigo”, por un

“ejército” de problemas que nos hagan desmayar, estaremos agotados, tratando de alcanzar la

solución a grandes problemas y debamos tomar importantes decisiones.

Lo indispensable en esos casos es guardar la calma y evitar a toda costa tomar una decisión

apresurada. ¡No te adelantes, ni trates de saltar ninguna etapa!

Son justamente esos momentos de aparente “tardanza” los que Dios utiliza para probar nuestra fe, nuestra obediencia y también nuestra paciencia.

Cuando nos damos el tiempo de esperar para escuchar la voz de Dios,

“aprende a quedarte quieto y
a conocer que Él es Dios” (Sal.46:10).

planes para nuestra vida y no ir en contra de Su voluntad.Si eres un soñador, tienes anhelos, has recibido promesas de Dios:¡¡FELICIDADES!!Claro que no creas que por ello estarás exento de problemas y podrás sentarte en un colchón deplumas a esperar que caigan del cielo tus bendiciones… Solo así podremos tener la seguridad de seguir con Sus


Por lo general estamos “en guerra”, rodeados por el enemigo y luchando con diferentes

circunstancias que te harán sentir derrotado, como en un callejón sin salida y pensar que Dios se

olvidó o se tardó demasiado en cumplir aquello que te prometió ¡ten cuidado! y

Recuerda el ejemplo que nos dio Jonatán.

¡¡ECHALE GANAS!! porque :

“para Dios no es difícil salvar con muchos o con pocos”

(1ª Sam.14:6)


¡Sigue subiendo, porque Jehová te ayudará a derrotarlos!

(1ª Sam.14:12)

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