Imagínate a un venado que corre en la selva, perseguido por un león. El venado está motivado. Su motivo es no morir.
Alejarse de la muerte, es lo que lo mueve a actuar.
En cambio, considera el apareamiento de estos mismos venados en primavera. El deseo por la hembra, los motiva a cortejarla. Incluso, pelear por ella con otros machos. Lo quieras llamar pasión, deseo o, simplemente apareamiento, lo que mueve a actuar al venado es tener a la hembra que ha elegido.
En este caso, lo motiva acercarse a la hembra.
Las personas somos iguales. En ocasiones, nos motiva alejarnos de algo insoportable, por ejemplo, una depresión. Nos mueve actuar. Nos mueve a buscar ayuda.
A veces, podemos tener el deseo de irnos de vacaciones y eso nos despierta el deseo de ahorrar para viajar. Nos motiva el deseo de acercarnos a nuestra meta, es decir, viajar.
¿Cuál es la desventaja de usar UN solo estilo?
Si tienes tendencia a alejarte de, solo cuando estés contra las cuerdas y la situación sea insoportable actúas. Por ejemplo, estás en una relación amorosa que no es satisfactoria y que has pensado terminar. Como por el momento puedes soportar más sufrimiento, no tomas decisiones.
Solo será hasta que la situación sea de incendio, cuando termines la relación.
La principal desventaja de este estilo, es que cuando se aleja la situación intolerable, pierdes impulso para seguir actuando. Dejas de moverte. Y regresas al punto del que partiste.
Siguiendo con el ejemplo de la pareja, decides regresar con ella porque te ha rogado y no has experimentado los malos tratos. Es cuestión de tiempo para que comiencen los problemas otra vez y el motivador, que es el maltrato, te haga alejarte de tu pareja, otra vez.
Este estilo de motivación genera estrés y tensión. Este es el estilo más común de las personas.
El otro estilo, acercarse a, también tiene sus desventajas.
Significa que eres soñador y en exceso optimista. No contemplas los obstáculos y a las primeras de cambio, te quedas paralizado y ya no te mueves.
Es el caso de cuando quieres aprender a tocar un instrumento musical, por ejemplo, la guitarra.
Piensas en lo emocionante que será expresar tus emociones con tu voz y en lo que te dirán tus amigos cuando cantes acompañado de tu guitarra. Pero cuando inicias las primeras clases, te das cuenta que es tedioso. Que tienes que aprender las pisadas y no es rápido. Como creías que sería fácil y no pensaste en los obstáculos, te desinflas. No aprendes a tocarla y dejas las clases.
Entonces ¿Qué hacer para motivarse de forma efectiva?
Mezcla los dos estilos.
Por ejemplo, imagina que tienes un trabajo que no soportas y te gustaría tener otro en el que ganes más para viajar a Cancún. Ahora, hice dos oraciones que expresan este deseo.
Pon atención en cual de las dos te hace sentir más motivado:
“Deseo conseguir un trabajo en el que gane más para viajar a Cancún. Ya no quiero estar en esta empresa y ganar tan poco”.
“Ya no quiero estar en esta empresa y ganar tan poco. Deseo conseguir un trabajo en el que gane más para viajar a Cancún”.
Apostaría la última moneda de mi bolsillo derecho, a que al leer la última oración te sentiste más motivado ¿Por qué?
En la primera oración, escribí primero lo positivo. Después, lo negativo.
Y tu mente se quedó con lo último.
En la segunda oración, primero dije lo negativo. Y cerré, con lo positivo: el jugoso viaje a Cancún.
Por eso, te quedaste con una mejor sensación en la última oración.
La mente está diseñada para recordar mejor lo último.
Desafortunadamente, toda la vida nos han enseñado a hacerlo al revés: decir primero lo positivo y al último lo negativo.
¿Quieres lograr tus metas? Escribe en un papel de que quieres alejarte y los obstáculos a los que te enfrentarás. Es decir, lo negativo.
Después, escribe lo que deseas lograr y el resultado final que buscas. Lo positivo.
Junta las dos partes en un solo párrafo. Primero deja lo negativo. Al último, lo positivo.
Léelo y sentirás la diferencia. Te moverá a actuar.
No te sorprenda que comiencen a suceder grandes cambios en tu vida.
0 comentarios:
Publicar un comentario