Una buena razón
Le preguntaron a una niña:
¿Por qué oras a Dios, pequeña?
Ella contestó:
Porque sé que Jesús está escuchando y me oye.
¿Cómo lo sabes? Le dijeron.
¿Cómo lo sé?
Porque dentro, mi corazón se pone tan contento;
por esto lo sé.
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No es necesario convencer a Dios
Un joven abogado cristiano, solía pasar los
domingos en casa de su madre y hermana,
que vivían un poco alejadas de la ciudad.
El padre había muerto hacia unos pocos años,
así que él se encargaba de dirigir el culto familiar.
Cierta noche, después de la oración, la madre le reprochó:
“No me gustan estas oraciones tan cortas que tu haces.
Y mucho menos, después que he leído en los periódicos que el otro día tuviste dos horas
hablando ante el Tribunal.
“Tienes razón, mamá…contesto el joven, pero tu olvidas que el Señor no es tan duro de cabeza ni
de corazón como los jueces.
El entiende perfectamente lo que quiero decirle,
y no tengo necesidad de convencerle repitiendo
una y otra vez la misma cosa”.
No es la exención de nuestras oraciones, sino su profundidad lo que cuenta a los ojos de Dios
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Trabajar de rodillas
Un ministro cristiano, relataba una experiencia vivida:
¡Ay Juan, cuanto quisiera yo poder quebrantar los corazones de piedra tan fácilmente como usted rompe esas piedras!...
(Dijo a un obrero que estaba desmenuzando las piedras de rodillas para hacerlo mejor).
A lo que éste respondió:
¿Quién sabe?, tal vez usted no estaba trabajando
de rodillas.
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MI ORACIÓN
Dispon por mi Señor, La vía y seguiré;
guiado por tu amor, Nunca resbalaré.
Por buen camino o mal, si me conduce a ti;
la roca o cenagal, igual es todo a mí.
Mi copa tú podrás, de gozo o pena henchir;
placer me infundirá, tu voluntad cumplir.
No quiero yo elegir, elige tú por mí;
la senda en que debo ir, en mi carrera aquí.
Tu reino he de buscar, con todo mi poder;
Contigo debo andar, para ir tu rostro a ver.
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"La oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura
y su Creador".
"Hemos de orar con frecuencia, pero debemos redoblar nuestras oraciones en las horas de prueba, en los momentos en que sentimos el ataque de la tentación".
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La oración es el don del Espíritu.
Muchas veces nos preguntamos cómo orar
y que decir cuando oramos.
Podemos estar muy preocupados buscando métodos y técnicas de oración, debemos orar con el espíritu, pero también como dice el Apóstol Pablo, con el entendimiento.
La Biblia nos dice:
"El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál
es la intención del Espíritu, porque conforme
a la voluntad de Dios intercede por los santos.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
~Romanos 8:26-27~
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