¿Cómo enfrento el sufrimiento?

¿CÓMO ENFRENTO EL SUFRIMIENTO?

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros le tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Más él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados...”. (Isaías 53:4-5b)

Una tarde, me seguía doliendo el estómago,... me acompañó al médico interno, quien al examinarme, inmediatamente me envió a la clínica, y enseguida me prepararon y operaron de apendicitis. Después de la operación como me dolía el estomago, no podía moverme, pero ese sufrimiento era necesario para mi salud. Lo enfrentamos con paciencia, descanso y fe en el Señor.
Al meditar que Cristo sufrió por nuestros pecados, y que era necesario que él muera para cumplir las Escritura, porque ese era el plan de Dios; no queda más que agradecer al Señor porque Él sabe lo que hace.

Este es el cuarto cántico del Siervo sufriente. Muchos creyeron al principio que Jehová la había infligido un horrible castigo, pero luego reconocieron que los culpables eran ellos, y que el Siervo era inocente. En realidad, esos sufrimientos formaban parte de los planes de Dios y sirvieron para reparar los pecados de la multitud. Al final del poema se habla de la gloriosa recompensa concedida al Siervo por haber soportado pacientemente una pena inmerecida, a causa de los pecados cometidos por otros. (RV95)

“Se dispuso con los impíos su sepultura, pero con el rico fue en su muerte, aunque no había hecho violencia, ni había engaño en su boca. Pero quiso el SEÑOR quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del SEÑOR en su mano prosperará.” Isaías 53:9-10.

Él sufrió en silencio, por su pecado amigo,amiga; él murió en una cruz para que usted reconozca a Cristo como su Señor, Él dejó huella para que aprendamos que el sufrimiento es parte del plan de nuestro amado Dios para que podamos consolar a otros. Sufre con amor, paciencia y fe para tu bien.

REFLEXIÓN:
Infeliz la persona que no sabe sufrir.