Un Joven fue donde su maestro y le dijo:
"Maestro, quiero encontrar a Dios". El maestro, sonríe.
Y como hacía mucho calor, invitó al joven a acompañarlo a darse un baño en el río.
El joven se zambulló, y el maestro hizo otro tanto. Después lo alcanzó y lo agarró, teniéndolo por la fuerza debajo del agua. El joven se debatió por algunos instantes hasta que el maestro lo dejó volver a la superficie. Después le pregunta qué cosa había deseado más mientras estaba debajo del agua.
"El aire", respondió el muchacho. Muchas veces olvidamos que tenemos el aire y cuanto dependemos de él hasta que nos hace falta.
Es igual con Dios, gran cantidad de personas simplemente ignoran su necesidad y hasta su existencia hasta que se ven con el "agua hasta la cabeza"Por eso te pregunto, así como deseabas el aire cuando estabas bajo el agua,"¿Deseas a Dios de la misma manera?”, "Si lo deseas así, lo encontrarás. Pero si no tienes esta sed ardiente, de nada te servirán tus esfuerzos y tus libros. No podrás encontrar a Dios, si no lo deseas como el aire para respirar”.
Hechos 17:28 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos;
Salmos 63:1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas.
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